Martin nació y creció en las montañas noruegas y es natural de Gol, una pequeña ciudad en medio del país. Sus amigos lo describen como extrovertido, positivo, enérgico y un perfeccionista ambicioso.
Le hicimos algunas preguntas:
¿Quéidiomas habla?
Mi lengua materna es el noruego. Hablo con fluidez Inglés, mi alemán está bien, y desde que he estado viviendo algún tiempo en Gran Canaria a continuación, por supuesto, mi español está mejorando.
¿Dónde ha trabajado antes?
Después de la escuela me fui al ejército y estuve allí 14 años. En ese tiempo trabajé como soldado profesional, instructor y obtuve una formación de oficial. Durante los veranos también he trabajado como instructor de BTT para jóvenes en campos de entrenamiento en Noruega. Después de mi carrera militar, decidí dedicarme a mi pasión como guía ciclista y ahora trabajo con el cicloturismo a tiempo completo tanto para ciclistas de carretera como para ciclistas de montaña.
Háblenos de su formación después del instituto.
Durante mis años en el ejército estudié hasta licenciarme en Fisiología del Deporte en la Escuela Universitaria de Lillehammer (Noruega). También tengo mi formación de oficial de las Fuerzas Armadas noruegas, donde tengo el grado de teniente.
¿Qué disciplina ciclista le resulta más afín?
Soy ciclista de montaña. Me encantan los retos que pueden plantearme los senderos mixtos y la sensación de logro tras superar un tramo técnico difícil. También hago bastante carretera, algo de enduro y un poco de descenso.
¿Cómo se convirtió el ciclismo en su pasión?
Siempre he utilizado la bicicleta para desplazarme, pero entré a formar parte de la familia del ciclismo en 2007, cuando empecé con las carreras. Desde entonces he viajado mucho por Europa en diferentes campamentos, eventos y carreras y he encontrado mi forma de vida.
¿Cuál es su mejor recuerdo ciclista?
Es muy difícil decirlo, ¡porque son muchos! Pero me gusta desafiar mis límites, y estos recorridos extremos han dejado huella en mi memoria. Un amigo y yo estábamos en un campo de entrenamiento en la Riviera francesa y recorrimos un circuito de maratón de las Series Mundiales bajo una intensa lluvia. Cuando nos dimos la vuelta, los dos acordamos dar una vuelta más... La cena sabe muy bien después de estas locuras, y el recuerdo dura para siempre.